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Fuera de las vías

El Ironbound ha sido durante mucho tiempo el sitio de industrias que han proporcionado medios de vida a sus residentes. ¿Pero a qué costo para la tierra, el aire y el agua del vecindario?

Project Credits and Info

Visuales:
Ashley Gilberton, fotógrafa de VII, es una de los principales colaboradores de Newest Americans.

Palabras:
Sara Grossman obtuvo su maestría en escritura y su doctorado en estudios estadounidenses de la Universidad Rutgers-Newark, y es becaria visitante en el Centro de Humanidades e Información de la Universidad Estatal de Pensilvania. Sus escritos han aparecido en American Literature, Cincinnati Review, Michigan Quarterly Review y en otros lugares. Ha recibido becas de la Smithsonian Institution, National Endowment for the Humanities, The MacDowell Colony y Hedgebrook.

Un agradecimiento especial a Ironbound Community Corporation por compartir su tiempo, conocimientos y recursos. ICC ha estado trabajando desde 1969 para hacer de Ironbound una comunidad justa, vibrante y sostenible.

Fuera de las vías

El Ironbound ha sido durante mucho tiempo el sitio de industrias que han proporcionado medios de vida a sus residentes. ¿Pero a qué costo para la tierra, el aire y el agua del vecindario?

Calle Rome y Hawkins

Alfredo descompone un aire acondicionado en la parte trasera de una camioneta. Desabrocha el compresor, luego el ventilador. Nacido en república dominicana, y ahora residente de Newark, New Jersey, Alfredo Hernández ha llegado al borde del barrio de Ironbound de la ciudad de Newark, donde las vías del tren de carga encierran el límite este de la ciudad, para vender su chatarra a Sims Metal Management. Como la labor de muchos hombres de color a lo largo de las vías ferroviarias en el Ironbound, el trabajo de Alfredo recolectando, descomponiendo, y vendiendo chatarra, es una parte crucial de la economía estadounidense postindustrial. Aun, es una forma de trabajo que a menudo es invisible en el mosaico más grande de la mano de obra estadounidense. 

No es insignificante que nos hayamos encontrado con Alfredo al final de una calle, en el borde del Ironbound. Los bordes rara vez son incidentales. Nos enseñan sobre las fuerzas que dan forma a un lugar, las fuerzas que los unen. Entender el ironbound – una comunidad de 50.000 personas literalmente atadas por líneas ferroviarias de carga y pasajeros, depósitos de metal y fábricas químicas – se trata de tomar en serio los bordes. Se trata de seguir esos bordes y las comunidades ligadas por ellos. A medida que me alejo de Alfredo, mi espalda al borde del Ironbound y el resto de mi mirando hacia su centro, veo casas, una niña caminando a un centro comunitario, y escucho el ruido de tres autopistas por encima de mi. Eso es lo de en este lugar: los bordes son ruidosos, visualmente persistentes y nunca están muy lejos del centro de la comunidad. Mi amigo fotógrafo y yo seguimos la chatarra de Alfredo por las vías.

Alfredo Hernandez, 65, a las afueras de SIMS Metal Management.

Conrail Assets Operation Yard, Calle Delancey

El metal de Alfredo es cargado en un vago detrás de Sims y ese vagón corre por las vías del tren que pasan por el Oak Island Yard del Ironbound, la instalación ferroviaria más grande del estado con 500 acres, y luego por el Patio de Operación de Activos Compartidos de Conrail (CSAO), un espacio de terminal y servicios de conmutación a una milla al suroeste de Sims. Oak Island y CSAO son arterias en el cuerpo de envío del estado, responsables de grandes porciones de la exportación de Nueva Jersey de aproximadamente 3 millones de toneladas de chatarra por año. A las 10:00 am., bajo el mismo nudo de sistemas de autopistas que corría sobre la calle Hawkins, los trenes ya han transportado tres tipos diferentes de carga – madera, grano y un cargamento de petróleo de una milla de largo – al este y al oeste a lo largo de los bordes del Ironbound.

Patio de Operaciones de Conrail

El paisaje se siente como una frontera industrial y química. Está dominado por contenedores de carga, al menos un arroyo contaminado con mercurio recientemente fue declarado un sitio superfondo, y varias zonas contaminadas no especificadas que están siendo investigadas por la EPA. Nunca adivinarás, de pie en el patio, que unas 27,000 personas viven en un radio de una milla. Más precisamente, el censo reporta a una población de 3.585 personas en la zona 71 del condado de Essex, la misma que contiene el patio del CSAO. Así que, por mucho que este espacio ferroviario pueda parecer una frontera industrial, no lo es. 

En cambio, es el hogar de personas y familias trabajadoras que han aprendido a persistir en medio y a pesar de las considerables cargas infraestructurales y ambientales; que han labrado espacios recreativos, residenciales y laborales en una ciudad que tiene más de 680 sitios contaminados activos y 4 sitios del Superfondo.

La construcción de líneas ferroviarias de carga tan cerca de una comunidad trae consecuencias. Resinas plásticas, fertilizantes, varios productos químicos industriales, etanol, y petróleo circulan por los bordes del Ironbound todos los días. Tomando en cuenta que solo Nueva Jersey es responsable de la importación de 6.2 millones de toneladas de químicos por año y dado que Oak Island Yard es la instalación ferroviaria más grande del estado, muchos de esos químicos indudablemente pasan a lo largo del borde – este borde que nunca está muy lejos del centro – del Ironbound.

Cuando caminamos a lo largo de las vías ferroviarias que salen de Oak Island y entran en CSAO, vemos que el grano se ha derramado en el suelo debajo de las vías.

¿Qué más se ha derramado que no podemos ver? 

Un vago de tren usado para transportar chatarra en las vías del puente de la Avenida Wilson

Avenida C y calle Vanderpool

Es domingo en el Ironbound y las columnas de piedra del parque de patinaje de la Avenida C se sienten casi griegas. De hecho, todo el edificio, un almacén industrial abandonado que los jóvenes del Ironbound convirtieron en un parque de patinaje, tiene el aspecto de un templo griego. Tres chicas adolescentes se sientan al borde de un banco, con el pintalabios mate intacto. El arte del grafiti de techo a suelo cubre cada centímetro del interior excepto el suelo. “los chicos dueños del edificio de atrás”. Dice uno de los adolescentes portugueses que vive a pocas cuadras, “nos dieron el almacén.” Como regalo pienso yo, y continuó escuchando. Dice que el lugar es un lugar de reunión para los niños de la localidad, así como para los patinadores de toda la costa este que viajan a Newark para patinar en este parque construido por la comunidad. 700 pies al sur del parque de patinaje de Shorty, las pistas de carga de Conrail siguen extendiéndose.

Otro día caluroso de verano, pero el calor se está convirtiendo en un tipo de clima diferente aquí. La artemisa y la hierba fragmenta se amontonan al borde del almacén, reliquias del pantano sobre el que se construyó el paisaje industrial hace siglos. Al otro lado del parque de patinaje, un juego de voleibol ecuatoriano está en marcha. La cancha es el antiguo estacionamiento que le pertenecía al almacén, el templo de patinaje griego. Junto al partido, hay dos tiendas en las cuales mujeres ecuatorianas están asando un almuerzo tardío. El carbón llenó el aire y me presentó a una madre e hija, Lucia Y Silvana, sentadas al borde de la cancha, a medio camino entre el partido y la comida. Han venido hoy a la Avenida C para animar al padre de Lucia el cual forma parte del juego. Hay un poco de viento en el aire, suficiente para levantar el polvo de la cancha de voleibol. El amigo del papá de Lucia viene con una escoba durante un descanso del juego y barre el polvo de la cancha, moviéndolo hacia el borde del parque de patinaje.

Silvana Ortiz, 38, sentada con su hija Lucia Cedeno,11, junto a la cancha de voleibol de la Avenida C.

Lo que pasa con el viento a lo largo de la Avenida C es que agita las cosas, cosas que sería mejor dejar sin agitar. Detrás de la cancha de voleibol y el parque de patinaje, directamente entre las pistas de Conrail y donde me siento con Lucia y Silvana, hay un lugar llamado Cookson Pigments. Cookson es parte de las instalaciones de Vanderpool, lo que la ciudad ha llamado “un terreno baldío de 14 acres, en expansión, abandonado y peligroso.” En el 2015, la ciudad de Newark presentó una demanda en un tribunal federal contra Cookson y otras compañías las cuales históricamente han operado plantas de pigmentos en la calle Vanderpool, incluyendo la infame Dupont Chemical Corporation. La demanda acusa a estas compañías con la contaminación de 45 acres y nunca limpiarlo.

Las pruebas recientes citadas en la demanda de la ciudad de 2015 midieron niveles de cromo tan altos como 27.300 partes por millón a profundidades de menos de dos pies de la superficie en Cookson Pigments, más de 1.300 veces el estándar para tal químico a veinte pies bajo la superficie. El plomo media 130 partes por millón a menos de un pie de la superficie, más de 400 veces el máximo en Nueva Jersey.

Entre 1989 y 1998, Cookson informó liberaciones in situ de más de 17 substancias químicas diferentes, incluidos, entre otros, cromo hexavalente y el plomo, ambos cancerígenos para los seres humanos. Más específicamente, durante diez años de operación, Cookson documento cesiones de 2.839 libras de cromo y 16.336 libras de plomo en el medio ambiente del Ironbound, todo desde descargas de aguas superficiales hasta emisiones en tierra y aire. El plomo y el cromo se filtran al agua subterránea y al suelo. EL cromo ingresa al cuerpo humano por inhalación, ingestión y contacto dérmico; el plomo a través de la respiración de polvo o suciedad cargada de plomo, o a través de la ingestión de alimentos y agua potable contaminados con plomo. 

Debido a que el plomo y el cromo son ambos elementos, nunca desaparecerán del Ironbound a menos que sean eliminados. Mientras permanezcan en el Ironbound, tienen la capacidad de moverse. Supongo que es el movimiento lo que más me asusta. “La contaminación de la instalación se ha extendido más allá de sus fronteras”, escribe la ciudad de Newark en su queja al Tribunal de Distrito de los Estados Unidos. Pienso en esto mientras Lucia y Silvana se sientan a un lado de la cancha, sus pies rozando la tierra húmeda. Pienso en esto mientras el viento gira esa misma tierra en el aire y pasa por todas nuestras bocas. Pienso en cómo los patinadores describieron la adquisición de Shorty. Vaya regalo.

La exposición tóxica en la sección del Ironbound cerca de Cookson Pigments significa poner en peligro a una comunidad de 13.444 afroamericanos y 12.434 hispanos en un radio de una milla.

Los fantasmas del industrialismo tóxico perduran, acechando a los ecosistemas, las plantas, los animales y el cuerpo humano de maneras muy reales aquí. Estos fantasmas llevan una carga en el cuerpo – el cuerpo del patinador, el cuerpo de Silvana y Lucia, el cuerpo de la artemisa y la hierba fragmenta y esta carga es innegablemente cancerígena.

La carga que estos químicos ponen en los cuerpos, predominantemente en los cuerpos de color, hace de esto un asunto de justicia ambiental.

Avenida New Jersey Railroad y Raymond Boulevard

Siguiendo la Avenida Railroad hacia el norte, pasando Shorty, terminamos en el borde del Río Passaic, un canal de navegación de los siglos XIX y XX que, como tantos otros canales postindustriales de la nación ha sido bombeado lleno de productos químicos tóxicos. Al igual que el suelo y el agua subterránea cerca de las vías del tren detrás de Shorty, el río en sí mismo es el hogar de sustancias cancerígenas. El último borde de cierre del Ironbound, el río Passaic, es ahora uno de los mayores proyectos de limpieza de superfondo en la historia de la Agencia de Protección Ambiental. No hay ninguna señal que designe el sitio como un superfondo y el agua parece ser un lugar sumamente tranquilo. Tres oficiales de la policía de Newark miran al río en sus motocicletas. Por encima de nosotros, las líneas de tren de cercanías salen de Newark como tendones, y se extienden sobre Passaic hasta Jersey City y el bajo Manhattan. 

Seguimos el río hacia el este hasta la avenida Lister, donde se encuentra otro sitio superfondo, dos instalaciones de interés de la EPA, y siete conocidos sitios contaminados. El más infame de estos sitios es el superfondo de Diamond Alkali, también conocido como Diamond Shamrock.

En 1983, justo antes de que la instalación Diamond Shamrock fuera declarada un sitio de superfondo, las pruebas de la EPA mostraron niveles de dioxina tan altos como 51.000 partes por billón en la propia instalación y 1.000 partes por billón en toda la zona residencial y comercial contiguo. Ambas medidas excedieron dramáticamente los estándares de salud pública, la cual el Centro para el Control de Enfermedades fijó en 1 parte por billón en la concentración del suelo.

Situado en la 80 y 120 de la avenida Lister, Diamond Shamrock produjo el Agente Naranja, un defoliante químico que fue enviado al ejército de los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. El Agente Naranja contiene una impureza llamada 2,3,7,8-TCDD, mejor conocida como dioxina, un químico descolorido e inodoro. Al igual que el plomo y el cromo, es un cancerígeno humano.  

Al igual que Cookson Pigments, Diamond Alkali estaba descargando ilegalmente residuos químicos en el suelo, agua, y aire del Ironbound. El descubrimiento de niveles cancerígenos de dioxina a lo largo de la Avenida Lister desencadenó una batalla por la justicia medioambiental de más de 30 años en el norte del Ironbound que comenzó con una demanda presentada contra la Occidental Chemical Company por el Consejo Asesor de Salud del Ironbound en 1987 y culminó con la contención del suelo y los escombros en un tapón impermeable en el 2012.

Diamond Alkali desde el rio Passaic.

Pero la tapa que se sitúa detrás de las cercas que rodean la 80 de la Avenida Lister solo resolvió uno de los muchos problemas que la dioxina planteaba en el Ironbound. Con una serie de derrames de dioxinas a lo largo de los años 80 en los estados unidos, los científicos y el público aprendieron de la manera más dura que la dioxina es una toxina extraordinariamente móvil. Se filtra en el suelo y puede adherirse a objetos en movimiento. Entonces, cuando Diamond Alkali descargo residuos de dioxina alrededor de sus instalaciones y cerca del rio Passaic, el producto químico se convirtió en un hogar permanente en el sedimento del lecho del río. También se pegó en la suela de los zapatos de los trabajadores y en las llantas de los camiones, lo que ayudó a moverse por la comunidad del Ironbound, contaminando la piscina del vecindario.  Aunque los epicentros de dioxina alrededor del Ironbound y en las instalaciones de la 80 y 10 fueron aspirados, puestos en cilindros de acero, y enterrados en una cubierta de cemento en la 80 de la Avenida Lister, el río Passaic todavía contiene altos niveles de dioxina y una serie de otras sustancias químicas. Hoy en día, otras 7 empresas a lo largo de la avenida Lister son conocidas bajo la guardia de la EPA, ya que representan un riesgo de seguir contaminando el río Passaic.

A primeras horas de la tarde el agua ya es azul oscuro, casi negra. Más tarde hoy lloverá, y cuando lo haga, el contenido del río se moverá de nuevo- peces lucio y PCBs, dioxina y mercurio.

Un puente ferroviario en el Ironbound que lleva al rio Passaic desde la Penn Station en  Newark.

112 Avenida Lister

Hacemos izquierda en la Avenida Lister en una entrada que nos lleva a las oficinas de la ISS Carrier LLC, la cual está localizada en la sección este de la antigua planta de Diamond Alkali, aunque la zona ya no es propiedad de la compañía Diamond. Hay tres edificios en el 112 de la Avenida Lister. Dos son plantas industriales de principios del siglo XX, deterioradas y vacías, y el tercero en un camión comercial de tres pisos del que ISS, una compañía de transporte de Nueva Jersey lleva su negocio. Caminamos al lado del primer edificio industrial, el año 1912 inscrito sobre su entrada. Dentro de la estructura, las barras de soporte de pino se asoman a un color marrón rojizo. 

Cuando conocimos a David, un mecánico guayanés que ha estado trabajando para ISS durante 4 años, estaba sentado en una llanta inclinada contra el edificio de 1912. David explica que vino a trabajar aquí después del huracán Sandy para ayudar a su hermana que es dueña de un negocio. “Ella había tenido problemas con el huracán Sandy”, dice. “Ella tenía 15 camiones en marcha, todos se inundaron. El agua llegó a los 7 pies de altura.” David nos da un recorrido del lugar – el único camión que subió una colina de tierra de 6 pies de altura detrás del edificio de 1912 durante una supertormenta; la actual flota de camiones alineados para su reparación; la cantidad de llantas que inspecta cada día con un martillo y luego clasifica; y finalmente, el taller de herramientas.

David Ramlakhan

Mientras recorremos el lugar de trabajo, Davis comienza a hablar de la historia del 112 de Lister. “Solían fabricar químicos aquí,” dice mientras nos da un paseo por el edificio construido en 1917. “Hay un chico en la parte delantera que trabajó allí durante 50 años y me lo dijo.” Vamos a visitar al amigo de David, Penn, el cual trabaja en frente del 112 de Lister. Cuando lo encontramos, Pen estaba vigilando un pozo – estaba utilizando guantes y vaqueros gruesos, a pesar de que hoy día está alrededor de 90 grados. Penn nos dice que esto era antes una instalación de manejo de desechos, no Diamond Alkali (cuyas viejas instalaciones podemos ver más allá de la valla a nuestra izquierda), sino de una compañía llamada Chemical Waste Management de New Jersey. El trabajo de Penn es monitorear la instalación ahora vacía para asegurarse de que no haya agua estancada. Penn no está interesado en desenterrar la historia como David, así que le agradecemos que comparta un poco de historia y regresamos al camión de la ISS.

La propiedad para la cual David, Penn y un puñado de otros empleados de la ISS trabajan, es propiedad de dos compañías diferentes. La compañía que es dueña del lote delantero es IC Holdings, INC/Waste Management, también conocida como Chemical Waste Management de New Jersey. CWM empezó la operación en la avenida 112 de Lister en 1984, solo un año después de que la dioxina fuera encontrada a través de la planta de Diamond de la Avenida de Lister y en las calles del vecindario. Mientras operaban, CWM almacenó residuos peligrosos en contenedores y tanques en la facilidad. Desde su investigación por el NJDEP, los contenedores y tanques han sido removidos. Sin embargo, las pruebas de suelo y agua del sitio han mostrado la contaminación del agua subterránea superficial y profunda, así como el suelo contaminado. El agua está contaminada con compuestos orgánicos volátiles, incluidos el clorobenceno, el benceno, en tetrafluoretileno y el tricloroetileno, y con compuestos orgánicos semi volátiles, así como con pesticidas y metales. La contaminación del suelo incluye los pesticidas y el arsénico. 

Aunque el hogar de David está con su esposa en Nueva York, pasa cuatro noches a la semana en el camión de trabajo de la ISS. “Si voy a Nueva York todos los días, lidio con el tráfico, por eso solo duermo aquí, ya sabes. Tengo una ducha y lo que sea aquí. Tengo todo arriba. Tengo un dormitorio y una cama y cosas así.” Así que David ha hecho del sitio de la Avenida Lister, su hogar lejos de casa. Pero al igual que los fantasmas de cormo de la calle Vanderpool, también hay aquí fantasmas químicos, tanto en forma de agua contaminada con dioxinas como en los suelos con arsénico que se encuentran junto a la ISS.

El suelo no es un asunto menor en el 112 de la Avenida Lister. Las manos de David están cubiertas con él. Sus uñas son bolsillos de tierra, ricos como los anillos de un árbol. Como mecánico, el cuerpo de David está constantemente en contacto con los suelos de la Avenida Lister. Doblamos en la esquina pasando el taller de herramientas y David nos empieza a contar sobre su jardín, una impactante y exuberante red de plantas: desde espinacas la calabaza italiana, pimientos habaneros y berenjenas a pimientos escoceses y, de alguna manera, una piña en flor. Esta es otra forma en que David ha hecho de la Avenida Lister un hogar. Es gratificante caminar por el jardín de David porque el tipo de cuidado que ha puesto en este paisaje contrasta con los espacios químicos abandonados que definen la Avenida Lister y los límites del Ironbound en general. El jardín de David es un lugar lleno de esperanza; un lugar que sugiere que incluso fuera de los escombros químicos, la vida persiste.

Pero el jardín también es aterrador. Aunque David ha colocado la mayoría de las plantas dentro de unas llantas viejas o en los desechos de camiones, el jardín bordea una valla que encierra claramente una zona de tierra altamente contaminada que esta siendo investigada y que es, según un mapa de impuestos del 2016, propiedad de Diamond Shamrock Chemical. “Si los alimentos estuvieran contaminados, la planta habría muerto,” dice David cuando el fotógrafo y yo expresamos nuestra preocupación. Pero no siempre funciona así. La exposición humana ocurre a lo largo del tiempo y las plantas son a menudo portadoras no visuales de los insidiosos productos químicos que los contaminadores industriales han derramado en y sobre nuestra tierra. Tengo que admitir que es difícil discutir con David sobre su jardín. Estoy a favor de él. Quiero que el jardín, y el cuidado que él ha puesto en él, sobrevivan. “Recojo, regalo. Se lo doy a mi hermana, la chica en la oficina,” dice. “No tomo todo para mi.” David dice que una compañía viene a probar el pozo que corre a lo largo de la cerca cada tres meses y esto es suficiente para calmar su preocupación por la contaminación. Tal vez y tenga razón, pero el historial del derramamiento químico, y la insuficiente limpieza por parte de las empresas responsables, a lo largo de calles como Lister y Vanderpool invita al escepticismo.

23 calle Ester

Cuando dejamos a David, me di cuenta de que el huracán Sandy hizo mas que mover los camiones de la ISS por la Avenida Lister. La tormenta trajo las aguas contaminadas del rio Passaic al taller de herramientas de la ISS, al jardín. Se movió alrededor del suelo de arsénico que Penn monitorea. Cada inundación menor o masiva de aquí en adelante hará lo mismo, a menos hasta que el suelo contaminado del Passaic sea dragado y removido del río.

Las aguas que se elevaron y se arremolinaron a lo largo de la Avenida Lister durante el huracán Sandy no se quedaron allí. Se extendieron por la calle Ester, un corredor residencial a una cuadra de la Avenida Lister donde vive Carmen Reyes. Reyes es una de las últimas residentes que quedan en su cuadra y su casa está a un tercio de milla de Diamond Alkali. Sus antiguos vecinos eran familias y parejas jóvenes, ella nos dice. Los mapas de impuestos muestran que a partir del 2016 al menos cuatro de las casas vacías de la cuadra son propiedad del Departamento de Protección Ambiental de New Jersey. 

Junto con la calle Ester, las antiguas aguas contaminadas cubrieron las líneas del ferrocarril de Oak Island Yard y CSAO, así como el arroyo del superfondo contaminado con mercurio del patio. Las aguas inundaron Cookson Pigments, el parque de patinaje de Shorty, y su cancha de voleibol. Tormentas como la de Sandy hacen evidente los restos cancerígenos del capitalismo industrial que acechan a la comunidad de Ironbound.

Estas tormentas también hacen que esos restos cancerígenos sean extremadamente móviles. Y mientras la vida continúa-David cuida su jardín, los patinadores construyen otra rampa junto a Cookson Pigment Plant- habrá más huracanes e inundaciones centenarias.  Sabiendo todo esto, las compañías que contaminaron el Ironbound tienen la responsabilidad moral, si no legal, de remediar el Ironbound. La pregunta ahora es qué significa exactamente remediar más allá de eliminar físicamente los contaminantes. En una segunda demanda contra Cookson Pigments, la ciudad escribió que es hora de que las empresas que contaminaron la Avenida Vanderpool “paguen a Newark los millones de dólares en ingresos fiscales que privaron a la ciudad, y nos permitan transformar Newark en una ciudad más segura y saludable en la que todos podamos creer”. Cada borde contaminado del Ironbound, y las comunidades que están ligadas a ellos, merecen esto.

Este mapa interactivo muestra la densidad de la contaminación tóxica en el vecindario Ironbound de Newark. Haga clic para ver varios sitios contaminados.